Con mucho más oficio que mérito, España ha vencido a Lituania (91-86) y se ha clasificado para la Final de Baloncesto de los Juegos Olímpicos. Sinceramente, no me ha gustado casi nada del partido salvo el resultado, que era el mínimo exigible a Don Alejandro García Reneses: la Plata. Vale, la Plata ya es nuestra, pero con muchas dudas. Analicemos, que no es gerundio:
- España es muuy débil sin José Manuel Calderón, es decir, sin un base director y anotador al tiempo (que cree peligro constante). Resultado: Lituania ha dominado el tempo y la anotación del partido durante 35 minutos. - Raúl López está a años luz de ser el base que necesitaba la Selección en Pekín -y mucho menos como titular-, aunque me lluevan lindezas por escribir lo que verdaderamente pienso y aunque Carlos Cabezas tampoco hubiera sido solución acertada.
- Ricky Rubio es muuy bueno (que pille más rebotes que Gasol es significativo) pero aún le falta mucho que aprender, sobre todo a nivel físico.
- Berni Rodríguez no es ni sombra del jugador que puede llegar a ser cuando juega junto a Cabezas.
- España sufre mucho cuando Gasol no está al cien por cien, y me refiero a Marc, auténtico gestor de la defensa en la pintura propia y peligro constante en ataque (segundo jugador que más faltas ha sacado). También cuando Felipe Reyes disputa menos de 20 minutos.
- Carlos Jiménez se ha clasificado para mi Galería de Héroes particular. Espectacular su participación en estos JJOO y su carrera entera. Fundamental.
- Rudy Fernández es un 'crack', pero a veces le pesa el ego más que el sentido colectivo del juego; triunfará en la NBA. Exactamente igual que Jorge Garbajosa, obsesionado con recuperar lo que él cree que es 'su' nivel de juego.
- Juan Carlos Navarro. Su cuerpo físico está en Pekín, pero ¿y su cabeza?
- Alex Mumbrú: La solvencia y los cojones (a rachas, como todos los tiradores).
- Pau Gasol: Da mucho menos de lo que podría, y aún así hace numerazos en ataque. Sigue siendo un blando en defensa, y prueba de ello es que jamás se carga de faltas. ¿Líder? Sólo ante las cámaras.
P.S.: Hace 24 años tuve las mismas sensaciones que ahora, y la misma alegría. Creo firmemente que no se puede conseguir el Oro, así que disfrutemos de una Plata muy brillante, la de la -ya oficialmente- mejor generación de jugadores de la historia de nuestro baloncesto.