Acabo de hablar con Víctor Luengo y me ha confirmado lo que esta mañana leía en el diario 'Superdeporte': el próximo viernes jugará su último partido profesional y anunciará oficialmente su retirada del baloncesto profesional a los 35 años de edad. Insiste riendo en que "no es por las piernas, eh? Que los médicos dicen que tengo las rodillas de un chaval de 20", pero se sincera al comentar que "ya está bien, son muchos años, muchos viajes, muchas pretemporadas... y detrás hay una familia"; aún así, le sobra humor para elucubrar sobre una posible vuelta "a lo Michael Jordan, igual este verano me plantan una oferta encima de la mesa y me vuelvo loco y digo que sí". Así es el único e incuestionable gran capitán 'taronja' -nunca habrá otro en la historia de Pamesa Valencia y todos lo sabemos-: un cachondo y un profesional como he visto pocos en las canchas valencianas. Hace casi dos años señalé el -a mi modo de ver- tremendo e injusto error que cometía el club de Juan Roig con el único producto de cantera y 'hombre récord' (15 años de fidelidad) que había estado presente en los dos solitarios títulos oficiales que luce Pamesa en sus vitrinas. En aquel verano de 2007, unos cuantos -él incluido- llorábamos de rabia porque el club, su club de toda la vida, le ofrecía la puerta en forma de contrato inadmisible con los pluses de partido de homenaje y retirada del mítico '15' en el techo de la vieja Fonteta. Hoy, sin embargo, he escuchado sonreir a Víctor. Y también hemos reído juntos recordando alguna historia y prometiéndonos una noche sin controles antidoping con la vieja guardia del periodismo de baloncesto (que no deportivo/futbolero, que lo hay, de verdad, y a veces bueno) de Valencia. La pelota gorda está, desde este mismo instante, en el tejado del Pamesa, cuyas oficinas deberían estar ya trabajando en organizar el partido de homenaje prometido en su día con la consiguiente retirada de camiseta. El adiós de Luengo merece un partido a su altura, con un rival trascendente, en una fecha señalada y con las gradas a reventar, para que la afición pueda despedirse en condiciones de su gran capitán. De la noche de las cervezas con gente de confianza ya nos encargamos Víctor y yo.
NOTA: Las imágenes pertenecen al fotógrafo Adolfo Benetó, a la sazón mi cuñado político y profesional del ramo. Por los derechos y tal.
4 comentarios:
Se podría haber retirado dos años antes,así no le hubiera arreglado su amigo Isma el contrato con el Gandía y no le hubieramos tenido que soportar dos años de nulo rendimiento.
De su trayectoria en Pamesa nada que decir,pero aquí ha sido un fiasco total.
La duda es saber si en el Pamesa habrá otro capitán.
Una lástima su salida y del modo que se hizo -MAL- por parte de Pamesa, ojalá enmienden el error con un buen homenaje, que es lo que se merece Victor. Eso y todo nuestro cariño y admiración.
Un abrazo, capi, y suerte en la vida.
Hombre, ya tiene una edad, y aunque su salida de Valencia fuera nafasta por el club ya no le quedaba mucho qie ofrecer, no?
En cualquier caso suerte en su nueva vida y un abrazo para ti.
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