Segundo partido de la Final de la NBA y segunda victoria de Boston Celtics (108-102). De nuevo una alegría en el TD Banknorth Garden. Una vez más, Phil Jackson se equivoca en su planteamiento defensivo y el juego interior de los de verde es claramente superior al de los amarillos. Casi fue el mismo partido que el primero. Kobe Bryant, a pesar de sus números, volvió a mostrarse como lo que es: un tirador -que no metedor- compulsivo con una eficacia más que discutible (11 de 23 en el tiro, es la clave -hasta ahora- de esta serie). Pau Gasol hizo lo suyo: discretito en ataque (se le exige lo que hace) y nefasto en defensa (se le pide mucho más... y no lo hace porque no es un pívot). Lamar Odom bastante tiene con soportar la increíble -y física- defensa de Kevin Garnett. Los míos jugaron bien en defensa, volvieron a cargar de faltas al contrario y desquiciaron al que quiere ser considerado como mejor entrenador de la historia; Phil ha empezado a llorar, se ha quejado del arbitraje y, sobre todo, no ha sabido digerir la derrota. En la realidad, se puede decir que un suplente sin casi minutos en temporada, Leon Powe, les destrozó con 21 puntos en menos de 15 minutos. Con la inestimable colaboración de un Rajon Rondo sensacional (16 asistencias) y el ya clásico 'Big Three' (62 puntos en conjunto). Ahora toca asaltar el Staples Center y conseguir -al menos- una victoria en territorio angelino. Quizá no sea en el tercero ni en el cuarto (ambiente en contra, presión mediática, lloros de Phil, intereses de Stern,...), pero una sóla victoria en L.A. sería suficiente para casi asegurar el anillo en casa. Ante los leprechauns. Para volver a sentir el Celtic Pride. Porque, como reza el frontispicio de este blog desde que comenzó la Final, winning is the tradition.
P.D.: Jackson, I'm sorry/fuck you, a ojos de los entendidos Red Auerbach seguiría siendo el mejor entrenador y arquitecto de baloncesto de la historia aunque consiguieras superar sus títulos. Por cierto, Phil: ¿Por qué tus Lakers no juegan todo el partido como en los últimos cuartos? ¿Problemas de psicología deportiva o del 'triángulo' zen?