20 noviembre, 2006

¡SENDRA, DIMISIÓN!

Fue el grito unánime de los aficionados en la Fonteta de Sant Lluís el pasado domingo, tras la lamentable (una más...) derrota del Pamesa Valencia ante el Caja San Fernando, y no puedo estar más de acuerdo con ellos, como aficionado al baloncesto y como periodista valenciano. Por simple vergüenza torera, el Director General del club, Víctor Sendra, debería haber dimitido ya a finales de la nefasta pasada campaña, tras protagonizar el equipo la peor segunda vuelta de la historia del campeonato y quedar, por segundo año consecutivo, fuera de las plazas que dan derecho a jugar en las competiciones europeas. Pero no fue así, y el presidente, Juan Roig, le salvó una vez más el culo a pesar de la exigencia de las gradas para que abandonara los despachos del Pamesa por la vía rápida.
Han pasado unos meses y la situación, lejos de arreglarse, ha empeorado bastante; el divorcio entre aficionados y directiva es ya total, y la brecha amenaza con despoblar las aún hoy casi llenas gradas de mi querida Fonteta.
Evidentemente, Sendra no es el único mal de este equipo, pero a fecha de hoy, y con un entrenador cesado (Ricard Casas), la salida del Director General se me antoja como la única decisión viable para aplacar mínimamente a una afición deprimida y cabreada a la par.
Nadie entiende cómo Juan Roig, el empresario-modelo amante de su tierra y generoso como pocos en el mundo del deporte valenciano (el día que se retire habrá que erigirle un monumento a la puerta principal del pabellón) aguanta a Sendra en su sillón. Nadie, créanme. Tras haberle visto mojado y sin peluca en las duchas del Pabellón Pisuerga en 1998, exultante de felicidad tras el primer título del Pamesa, le imagino a día de hoy ofuscado y en estado de permanente cabreo; de no ser así no me explico cómo al acabar el partido ante el Caja casi se come a varios aficionados que le increparon por la marcha del equipo (menos mal que le pararon).
Señor Roig, hace ya tiempo que la Fonteta dictó sentencia contra Sendra, y la ética deportiva -y empresarial- recomienda su cese inmediato ya que él no tiene intención de dimitir. Mantenerle en el cargo, además de reiterar la nefasta gestión deportiva de los últimos años, deviene en un peligroso desafío a la afición, auténtico motor de un club antaño respetado en toda España y hoy, por desgracia, venido muy a menos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

No entenc a Roig, a menys que es parega molt al seu germá Paco y faça el que el done la gana en el club del que es amo. Si es rodejara de professionals i no d'aduladors, Pamesa aniria molt millor. Pero no crec que canvie la cosa, es massa burro per reconéixer el seus errors, que tenen nom propi: Sendra y Rogers.