LAS (FUTILES) AMENAZAS DE MORAGUES

Hoy ha sido un buen día. Además de un par de oportunidades de trabajo que se me han presentado, y que ya os contaré si llegan a fructificar, un buen amigo (sí, es posible tener amigos en esta profesión) me ha informado que el pseudoempresario Bernardo J. Moragues Argudo va haciendo correr por ahí la noticia de que ha interpuesto una querella criminal contra éste que escribe "por diversos delitos tipificados en el Código Penal" -literal-, exigiéndome una indemnización de 600.000 euros.

La verdad es que me he alegrado mucho, y aún continúo riéndome a mandíbula batiente, puesto que ello indica que el sinvergüenza lee este blog y le molesta que alguien le cante las verdades a la cara. Me doy por satisfecho. Gracias a las maniobras de su supuesto abogado (y digo supuesto porque curiosamente siempre ha alardeado de que su abogado era Marcos García Montes) consiguió retirar casi toda la información -no opinión- negativa respecto a su persona y sus empresas-fantasma que estaba disponible en internet. Pero este blog no lo puede cerrar y por ello amenaza indirectamente a través de terceros. Por la espalda, como a él le gusta actuar.

Dudo mucho que en realidad haya interpuesto una querella criminal, puesto que: a) no tiene base para ello ya que hay muchas sentencias en su contra, y b) bastante tiene con defenderse de las múltiples causas y acusaciones que tiene pendientes como para encima atreverse a atacar. Pero lanza el dardo y esconde la mano, como el cobarde mentiroso que es.

Tengo la experiencia de treinta y seis años de edad, quince en la profesión periodística y dos juicios (despido improcedente y reclamación de cantidad) ganados a Moragues, así que sé de lo que hablo al llamarle sinvergüenza, mentiroso y estafador. Pero, por encima, de todo, tengo el honor y el gusto de contar con amigos dentro de esta profesión -también fuera de ella-, así que le recomiendo que cuide su lengua y su móvil a la hora de lanzar tristes mensajes sin fundamento, porque en caso contrario, puede que el que le interponga una querella criminal sea yo. (Por cierto, Moragues, me sigues debiendo 50.000 euros y un año y medio de vida)