31 diciembre, 2007

26-3 (no diré más)

No soy dado a comentar partidos específicos -ni con la NBA ni con la ACB-, si no más bien a reflexionar sobre situaciones o actitudes concretas, pero es que lo de anoche en el Staples Center de Los Angeles fue espectacular dentro de la 'campaña mágica' que están haciendo los Celtics. Después de varios récords personales, de franquicia, de División y de Conferencia en el primer cuarto de la temporada, Boston se lanzaba hace unos días a una gira por el Oeste que debía dar medida de sus posibilidades reales contra equipos 'grandes'; pues bien, tras derrotar a domicilio a Sacramento, Seattle y Utah, llegaron al último partido del año contra los históricos 'archienemigos', los Lakers, en su casa; y, además, con la posibilidad de que Phil Jackson superara el récord de victorias como entrenador en posesión de Arnold 'Red' Auerbach. Y con Kobe crecidito por sus votos para el 'All Star'. Puro espectáculo. El de los Celtics, digo, en un partido con hasta siete faltas técnicas señaladas (cuatro para los verdes y tres para los amarillos) que acabó con un claro 110-91. El 'Big Three', en su línea de dominio en ambos lados de la cancha. El resto, colaborando en la bestial defensa de los Celtics esta temporada. Juegan como si llevaran años juntos y defienden como si hubiéramos retrocedido a los años 80 -constantes ayudas tanto dentro como fuera y 'leña' cuando es preciso para impedir que el contrario imponga el ritmo-. Espíritu de equipo. Celtic Pride. 26-3 (no diré más). Bueno, sí... ¡Feliz y céltico 2008!

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