LLUEVEN LOS PREMIOS

Como todos los años, con el inicio de los Playoff comienza el goteo constante aunque pausado de premios individuales a los jugadores que más han destacado a lo largo de la Regular Season. De momento, conocemos que el Entrenador del Año en la NBA -Premio Red Auerbach-, con total merecimiento, es Sam Mitchell, de los europeizados Toronto Raptors; el trabajo de Maurizio Gherardini en los despachos se ha visto traducido en la cancha durante la temporada, consiguiendo el título de división y la recompensa de los Playoff. Como Sexto Hombre ha sido galardonado el escolta Leandro Barbosa, de Phoenix Suns; muñeca, elegancia, coraje... calidad brasileña en una sensacional campaña en la que ha firmado 18 puntos, 4 asistencias y casi 3 rebotes de promedio saliendo del banquillo en 62 de los 80 partidos que ha disputado. El galardonado como Jugador con Mayor Progreso fue el escolta de Golden State Warriors Monta Ellis (en la foto), que pasó de apenas 6 puntos, 3 rebotes y 1 asistencia en la pasada campaña a los actuales casi 10 puntos, 3 rebotes y 4 asistencias. ¿Lo mejor? Que en postemporada el chaval se ha lanzado hasta los 13 puntos en la eliminatoria frente a los Mavs. Y, en la parcela que más me gusta -por lo menos atractiva y denostada habitualmente-, el pívot de Denver Nuggets Marcus Camby (también en la foto) fue premiado como Jugador Defensivo del Año; sus 3'3 tapones, casi 12 rebotes y 11 puntos por partido merecen el reconocimiento en la tercera temporada en su carrera que lidera la liga en cuanto a gorros (si lo consigue un año más igualará a Kareem Abdul-Jabbar y Mark Eaton).

Queda por saber el Rookie del Año, y creo que todos estaremos de acuerdo en que necesariamente ha de ser para el escolta de Portland Trailblazers Brandon Roy; el compañero de Sergio Rodríguez se ha lucido (17 puntos, 4 rebotes y 4 asistencias en su debut en la NBA) aunque, para mi gusto particular, con cierta irregularidad y falta de forma física. También está pendiente el premio al Jugador Más Valioso, el MVP; a nadie sorprenderá que mi apuesta sea el base canadiense de Phoenix Suns Steve Nash, aunque todo apunta a que finalmente recaerá en el ala-pívot alemán de Dallas Mavericks Dirk Nowitzki.