
Pero no acaba ahí la cosa, pues ahora el club que preside Vicente Solá ha convocado al jugador para iniciar la pretemporada el próximo 24 de agosto a las órdenes de Neven Spahija, al entender lógicamente que si Blanco queda desvinculado del 'Fuenla' por la vía legal se aplica inmediatamente el acuerdo al que llegó en su día con los valencianos. Llevados al extremo de seguir el caso por la vía de la justicia ordinaria -como todo apunta a menos que en Valencia se lleven su parte del pastel-, me atrevería a apostar que en un futuro cercano cualquier juez aplicaría la legislación laboral vigente para entender la teórica "buena voluntad" -entiéndase la ironía- del trabajador para romper su contrato con la empresa que le paga acogiéndose a un decreto sacado de la manga de un mono vestido de botones, e inmediatamente y por lógica entrar al servicio de su nuevo pagador con contrato firmado de antemano... no con un nuevo pagador aunque sea el que facilite oficialmente la ruptura (800.000 del ala) del primer contrato. Pero, claro, el problema es que Unicaja ha pagado o va a pagar bajo mano -supongo que 'adelantando' legalmente parte de su futura nómina- al jugador para que éste resuelva su salida forzada de Fuenlabrada amparándose en la ley, sin contar con que Valencia había adquirido unos derechos sobre Blanco que quedaron en 'stand by' al aplicarse el derecho de tanteo. Lo dicho: ya tenemos serpiente veraniega, y después de semejante 'ladrillo' legislativo os dejo con la mejor escena del genial Groucho Marx ("No tiene por casualidad un chimpancé en el bolsillo?"), que se me antoja sospechosamente a cómo acabará todo este caso...