El Akasvayu Girona (los que veis en la foto, que tampoco son nada del otro mundo) acaba de alzarse con la copa de Campeón de la FIBA Cup, en su casa (del mejor modo posible) y de la mano del mejor entrenador europeo de la historia, Svetislav Pesic. El palmarés del serbio no conoce el significado de la palabra "subcampeón" o el término "medalla de plata"; ni entrenando a clubes ni a selecciones; cuando juega una final, la gana. Hasta, ahora, sólo por hacer un poco de historia -que nunca viene mal- su currículum es el siguiente:
- Campeón de la Liga ACB con el F.C. Barcelona (2002-03 y 2003-04)
- Campeón de la Euroliga con el F.C. Barcelona (2002-2003)
- Campeón de la Copa del Rey con el F.C. Barcelona (2002-03)
- Medalla de Oro con Yugoslavia en el Campeonato del Mundo de Indianapolis (2002)
- Medalla de Oro con Yugoslavia en el Campeonato de Europa de Turquía (2001)
- Campeón de la Liga de Alemania con el Alba Berlin (1996-97, 1997-98, 1998-99 y 1999-2000)
- Campeón de la Copa de Alemania con el Alba Berlin (1996-97 y 1998-99)
- Campeón de la Copa Korac con el Alba Berlin (1994-95)
- Medalla de Oro con Alemania en el Campeonato de Europa de Alemania (1993)
- Medalla de Oro con Yugoslavia Junior en el Campeonato del Mundo de Bormio (1987)
- Medalla de Oro con Yugoslavia Junior en el Campeonato de Europa de Gmunden (1986)
- Medalla de Oro con Yugoslavia Cadete en el Campeonato de Europa de Rousse (1985)
- Campeón de la Copa de Yugoslavia con el Bosna Sarajevo (1983-84)
- Campeón de la Liga de Yugoslavia con el Bosna Sarajevo (1982-83)
Ahora, Pesic suma un título más a su extenso y laureado currículum de sólo 57 años de edad. Reconforta pensar que este tipo de entrenadores existen, a pesar de lo que habitualmente se ve por estos lares. Y pensemos que, hace apenas unos años, el ahora Akasvayu se llamaba Valvi y luchaba por la permanencia campaña tras campaña, luego llegó Casademont y al final los millones de la promotora inmobiliaria catalana, y ni por ésas. Tuvo que llegar Pesic, imponer orden y componer un equipo. ¿Fórmulas mágicas? No. Trabajo, trabajo, trabajo... y mano de hierro. Castigos y recompensas, palo y zanahoria. De toda la vida. Por lo que respecta a los cercanos, ya llevamos años sufriendo cómo los millones de Pamesa no han llevado a nada excepto a la desesperación, las dimisiones y el paulatino abandono de la Fonteta. Y, con todos los respetos, no veo a Katsikaris emulando a Pesic.