Escribo estas líneas en caliente, pues acabo de volver del funeral de un amigo y no me apetece reflexionar más de lo que otros ya han hecho. Ha fallecido José Luis Tormo, uno de los mayores profesionales de la historia de la radio valenciana y el hombre que me enseñó casi todo lo que sé acerca de este medio ilusionante, mágico y etéreo. Durante dos años, a principios de los 90 y siendo yo un pollo en esto del periodismo, tuve la gran fortuna de compartir estudios y muchas horas de trabajo con este maestro en la asesinada -por PRISA- Antena 3 Radio, y de él sólo guardo buenos recuerdos, tanto personales como profesionales. Ayer, al leer las esquelas, no podía dar crédito. Hoy, viendo las reacciones en la red, he empezado a asumirlo. Los panegíricos ya han comenzado a sucederse, y es acostumbrado que todo sean parabienes en la hora de la muerte, pero el caso de José Luis es ejemplar. Decenas de compañeros de diferentes medios y tendencias coincidimos en destacar su tremendo amor a la radio. Yo siempre he dicho que Antena 3 fue una escuela para toda una generación de periodistas, pues me siento orgulloso de haber pasado por allí y haber mamado radio de gente como Tormo. De hecho, afirmo que no "trabajábamos" en radio, si no que "hacíamos" radio; desde 'El primero de la mañana' hasta 'Polvo de Estrellas', pasando por 'Viva la gente de Valencia' o los informativos de otro grande, Bernardo Guzmán. En mi humilde opinión, José Luis Tormo era el último grande de la vieja escuela radiofónica; perfeccionista, inteligente, obsesionado por los guiones y la compenetración con la parte técnica, con una vasta cultura musical, muy buen escritor y con un soberbio sentido del humor... en definitiva, un genio ante los micrófonos. Daba igual si narraba durante cuatro horas de riguroso directo una Ofrenda a la Virgen sin repetirse (era hombre de recursos) o preparaba con exquisito mimo una dramatización sonora de apenas diez minutos para una matinal de domingo. En castellano y en valenciano, daba igual. En COPE o en Ràdio 9. Y en El Mundo. Donde fuera. Pero donde más se le echa de menos es fuera de los estudios. Y me quedo jodido por no haber podido degustar con él una paella que teníamos pendiente desde hace meses. Y porque ya no podré volver a escuchar su voz cálida, amable, potente, modulada y cargada de razón que tan buenos consejos me ha dado en estos casi veinte años de profesión. Muere un hombre. Nace un mito. Hasta siempre, José Luis.
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5 comentarios:
Si te gusta la NBA...nbadicto.blogspot.com
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Que bueno todo lo que te entrego tu compañero y lo llevas dentro...
encontrar personas así no es fácil y tu tendrás siempre el tesoro de haberlo conocido. felicidades por tu blog y suerte...
No lo sabía. La última vez que lo ví fue en Fallas (Canal 9), cuando fui a de vaca a mi querido Benaguasil. Un buen cronista social. Descanse en paz.
Saludos a M. Montalt, a quien creo que conoces.
Jo no sé si escriure en valencià, co era ell, o fer-ho en castellà.. ho faré en castellà.
No sé que día se constituyó un premio que lleva su nombre. Pedían un guión de radio, como los que él tantas veces ha hecho. Yo me presenté a ese concurso, yo he ganado ese concurso y se me mezclan la alegría del premio y la nostalgia por el periodista.
No nos conocimos pese a haber estado bajo las mismas bambalinas... pero tú que enterraste a un amigo (y ojalá no hubiera sido así) .. y yo que recibo el primer trofeo que lleva su nombre, el primero cuando él ya no puede contarlo.
Saludos compañero (me ha gustado leer algo tan sentido).
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