TIEMPO DE PLAYOFF

Más a trancas que a barrancas, finalmente el Pamesa Valencia no pasó apuros para clasificarse como séptimo de la temporada regular de cara a los play-off de la ACB. En una campaña marcada -por si algunos no se acuerdan- por el despido de Ricard Casas, la llegada de Fotis Katsikaris, la eterna lesión de Dejan Milojevic, la dimisión de Juan Roig y la caída de Víctor Sendra la temporada sería un fracaso para cualquier club. Y resulta que ya se ha conseguido más (los play-off) que en las dos anteriores, lo cual resulta muy significativo. Y todos sabemos -a la perfección- cómo fueron las pasadas campañas: presupuestos desorbitados, ‘cracks’, nombres de relumbrón y estrellitas de medio pelo. Pues bien, sin ‘cracks’ -salvo, quizá, Avdalovic- ya se ha llegado a la postemporada. También se puede ofrecer otra versión: con Manolo Llorente todo vuelve a su cauce, pero no seré yo quien la ofrezca, ya que ni ha tenido tiempo ni margen de maniobra para comenzar a ejecutar labores de presidente.

Llegados a este punto y dejando cuestiones de gestión de despachos a parte, podemos (y debemos) analizar al rival que, como séptimo de la Liga, le ha tocado en suerte al Pamesa: el sorprendente, regular y a ratos todopoderoso Real Madrid. Su entrenador, Joan Plaza, ha conseguido que el otrora histórico nombre de los blancos vuelva a ser tenido en cuenta en la ACB. En una temporada de lujo, ha sabido conjuntar y exprimir a dos campeones del mundo (Mumbrú y Reyes), dos ex NBA como López y Smith, los ya ‘clásicos’ Bullock y Hervelle, Tunçeri, Tomas (¿quién lo vendió como ‘el nuevo Petrovic?) y una batería de hombres altos (Sonseca, Sekulic) a la que ahora se suma otro ex NBA, el internacional francés Moiso y un interesantísimo, aunque de momento anecdótico, base de futuro llamado Llull.

¿Demasiado para Pamesa? Bueno, según muchos analistas valencianos no, y de hecho comienzan ya a escucharse tópicos periodísticos al estilo de “todo es posible”, “David contra Goliat”, “el Madrid es mucho más asequible que el Tau”, etcétera. Siendo brutalmente sinceros y, sobre todo, analíticamente profesionales, la verdad es que de la ecuación que conforma la eliminatoria entre Real Madrid y Pamesa, el resultado más lógico sólo puede ser uno, por desgracia; por desgracia para Pamesa, digo. En la actualidad, el equipo de Katsikaris sólo puede aspirar a ganar al de Plaza ejecutando una defensa perfecta, cosa difícil aunque probable a un partido, y prácticamente imposible a lo largo de toda una eliminatoria. Me gustaría equivocarme, y de hecho las ecuaciones deportivas no dan, a veces, resultados lógicos (¡qué aburrido sería todo, por favor!). Que se lo digan a Dallas Mavericks, líder de la NBA en temporada regular, que cayó estrepitosamente en primera ronda del Oeste ante el último clasificado, Golden State Warriors. Apelemos, pues, al espíritu de los Warriors para afrontar los play-off de la ACB; aunque Katsikaris no sea Don Nelson, ni Avdalovic luzca como Baron Davis.

(Artículo publicado en Nostresport)