Hoy es un día triste para los seguidores de los Trail Blazers. El mítico pívot de los 80 y los 90 Kevin Duckworth falleció ayer a los 44 años de edad, al parecer mientras se encontraba de camino a una exhibición escolar de baloncesto. En sus once campañas en la NBA, en las que jugó para Portland, San Antonio Spurs, Washington Wizards, Milwaukee Bucks y Los Angeles Clippers, este 'siete pies' tuvo un promedio de 11'8 puntos y 5'8 rebotes por encuentro. Duckworth fue uno de los pilares de los Blazers cuando la franquicia de Oregon llegó a disputar las finales de la NBA de 1990 y 1992. A lo largo de su carrera, siempre marcada por su eternos (y congénitos) problemas de sobrepeso, llegó a ser dos veces parte del All Star Game e incluso fue nombrado jugador con mejor progresión en 1988. El gran 'Duck' -así le recordarán- no fue nunca un líder en la cancha pero sí un 'center' alrededor del cual se podía formar un equipo competitivo. Yo, que siempre he tenido un poco de cariño por los Blazers (Fernando Martín, Arvydas Sabonis, Drazen Petrovic... su relación con Europa siempre ha sido buena), le tendré presente hoy en mis oraciones al Dios de la Canasta.
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