27 octubre, 2010

CHANGES: DEMASIADOS CAMBIOS EN EL VALENCIA BASKET

Despierto de mi letargo bloguero para reflexionar acerca de la realidad actual en el Power Electronics Valencia, que es bastante frustrante a nivel de resultados tanto en la ACB (1-3) como en la Euroliga (0-2). Y lo hago tras un arranque de temporada marcado por las derrotas y las lesiones y consciente del esfuerzo que se ha hecho por disponer de esta plantilla, que si algún día llega a estar al cien por cien puede hacer algo grande. Lo primero que se me ocurre para justificar la dinámica negativa en la que está inmerso el equipo de Juan Roig es que se han producido demasiados cambios de la pasada temporada a la presente. Y una cosa es ser un equipo camaleónico a lo David Bowie (ch-ch-ch-ch-changes) y otra muy distinta tener un bonito puzzle de 10.000 piezas por montar. Vayamos por partes. El primer y más importante cambio ha sido el de entrenador. Manuel Hussein y Neven Spahija tienen dos perfiles radicalmente distintos, además de sentir, entender y pensar de modo diferente sobre el baloncesto. Ni uno es mejor ni el otro es peor, aunque sus currículums distan bastante en cuanto a títulos, y eso es una simple evidencia, no una acusación. Luego tenemos los cambios de jugadores, pues se ha modificado sustancialmente la plantilla. Entre los que han llegado (Cook, Richardson, Savanovic, Javtokas, Fernández), los temporeros (Sundov), los que se fueron y han vuelto (Pietrus) y los que no han debutado aún (Augustine) es imposible encontrarle identidad ni unión a este equipo, más aún si sumamos la lesión de De Colo.
El tercer cambio importante ha sido el de competición. A nadie engaño diciendo que no tiene nada que ver la Eurocup con la Euroliga. No hablo de reglas ni de arbitrajes, sino de viajes y rivales. Y de actitudes. Parece como si jugar la máxima competición continental fuera el objetivo de esta temporada, cuando recuerdo que a todos los efectos fue el de la pasada, y se cumplió. Algunos -todos- tienen que cambiar el chip y exigirse un poco más. Jugadores y club (no llenar la Fonteta ante Panathinaikos es imperdonable).
Y de los tres radicales cambios anteriores se infiere el tercero: el cambio de sistemas. ¿Por qué ya no se defiende como antes? Esa es la cuestión principal. Los 'cincos' cumplen su papel sobradamente (pedazo profesionales Lischuk y Javtokas), Savanovic no cuaja en la pintura y por fuera se ha perdido toda la frescura e intensidad de hace apenas unos meses. Además, en ataque, Martínez sigue teniendo que correr kilómetros para fabricarse su tiro exterior; sinceramente, pensaba que Hussein sabría explotar mejor las cualidades ofensivas del catalán. Eso por no entrar en el abuso de la defensa individual en una plantilla cansada y cargada de minutos en determinados jugadores (recordemos que hasta cinco disputaron el pasado Mundial con sus selecciones).
Demasiados cambios para un club como éste. No es un mal proyecto, pero es muy difícil en las actuales circunstancias que llegue a desarrollar su potencial en el primer intento. Y sabiendo cómo andan de paciencia las altas esferas del Valencia Basket, dudo que llegue a desarrollarse con el actual inquilino responsable del banquillo. Es sólo una reflexión en caliente tras una derrota previsible en Estambul. Demasiados cambios, insisto. Aquí lo de 'si algo funciona, no lo toques' ni se contempla. Excepto en determinados despachos, claro.