19 enero, 2010

PERIODISTAS "ESPECIALES"


A lo largo de mis -ya oficiales- veinte años de trabajo en los medios de comunicación me he encontrado todo tipo de personajes en el mundo periodístico, principalmente el valenciano por ser el ámbito donde ejerzo mayoritariamente. Aún siendo mínima mi capacidad de sorpresa ante determinados comportamientos en teoría profesionales, hoy uno de ellos ha conseguido agriarme el solitario café con leche (fría, por favor) con el que acostumbro a desayunar. Os decía que hay todo tipo de personajes: cachorros sedientos de fama a los que la ética les importa una higa, burgueses apoltronados en su puesto de semifuncionarios, piratas que extorsionan poniendo el cazo a cambio de un trato favorable, viejunos resabiados a los que un suculento blindaje les impide recibir la correspondiente patada y lameculos de todo calado por una pobre exclusiva; también hay periodistas 'de empresa', de los que creen que heredarán el medio en el que curran y que sin la marca registrada que les ampara serían menos que cero, y otros a los que el concepto 'deontología' les suena a griego antiguo (entre otras cosas, porque lo es, papanatas). Pues bien, hoy uno de ellos ha vomitado parte de la bilis que habitualmente traga en su provinciano medio intentando echar por tierra parte de mi trabajo, mientras el resto de medios ha tratado la información y el evento con rigor y profesionalidad, incluso en las críticas -que se aceptan-. Igual que a veces el árbol impide ver el bosque, su fijación con un determinado cargo le ha impedido ver el trabajo de todos los que estamos detrás (unos 90.000 aproximadamente), y ha disparado su envenenada ballesta despreciando a un importante colectivo valenciano como es el futbolístico. Eso, o es que una absoluta necedad le impide discriminar entre el interés particular y el general. O, simplemente, que es "especial", como yo prefiero llamarlo. Muy "especial", diría yo.

Afortunadamente, mi experiencia me ha llevado también ha encontrarme periodistas de casta, profunda convicción y principios basados en la ética y la objetividad, currantes de pura raza que, a la chita callando, van encontrando su hueco salvando la maraña de podredumbre que amenaza la profesión que tanto queremos y que por culpa de unos pocos está tan denostada socialmente. A algunos de estos me enorgullezco de llamarlos amigos. Incluso socios. Un abrazo para ellos. Y que le den por el culo al que me ha jodido el desayuno.